|
|
LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
|
| Presentacións | Novedades | Mapa del Sitio | Mapas Activos | Opinión | Castillos XI-XIII | Rutas Románicas | Monográficos | Otras Regiones Enlaces | Bibliografía | Diccionario | Distinciones | Premio Romanico Aragonés | Fondos de Escritorio | Inicio | |
|
-SAN MARTIÑO DE MONDOÑEDO- |
![]() ![]() UTM 29T 637162 4724684 |
(GALICIA - LUGO) |
San Martín (o Martiño) de Mondoñedo se halla a unos 5 km al suroeste de Foz, en la provincia de Lugo, y se la considera la catedral más antigua de las conservadas en España.
Entre los siglos IV y VI, varios millares de celtas de la provincia romana de Britannia (actual Inglaterra) abandonan su isla natal por la presión de los pictos del norte y de los invasores jutos, anglos y sajones, que culmina con la retirada de las legiones romanas. La mayoría de ellos se asentaron en la Península de Armorica, creando el floreciente reino de Bretaña, mientras que un grupo más reducido se dirigió a Gallaecia, donde fundaron un Obispado-Provincia de gran influencia en la historia del Reino de Galicia. Estos nuevos pobladores se asentaron en la costa desde Ferrol hasta el río Navia, y su capital estuvo en Bretoña (a medio camino entre Meira y Mondoñedo). Mantenían buenas relaciones con el Obispo-Abad de Dumio (cerca de la portuguesa Braga), capital del reino suevo, arrasada en la invasión visigoda, refugiándose sus notables entre los bretoñeses, quienes trasladaron su capital a San Martín de Mondoñedo tras la destrucción de Bretoña por los vikingos entre 966 y 971.
El rey Alfonso III estableció en San Martín de Mondoñedo (que recibió tal advocación en honor de los santos Martín de Tours y de Dumio, ambos originarios de Panonia –actual Hungría- y el último apóstol de los suevos) la nueva sede episcopal, siendo primer obispo Sabarico, al que siguieron otros catorce, entre ellos San Rosendo (925-948, luego retirado al monasterio que fundó en Celanova), Gonzalo (1070-1108, sepultado en esta Iglesia cuya terminación impulsó) y Nuño Alonso (1112-1136, uno de los autores de magnífica Historia Compostelana). En el siglo XII, el oriente del Obispado-Provincia de Britonia fue cedido al de Oviedo, y en 1112, la reina Urraca traslada definitivamente la sede episcopal a Valibría o Villamayor de Val de Brea, redenominada Mondoñedo en honor de la antigua catedral. Aún existe un dialecto Mindoniense como recuerdo de los antiguos repobladores de estas tierras.
San Martiño de Mondoñedo, templo originario del siglo VI, aunque reedificado entre los siglos X y XII, fue la primera catedral construida en el sur de Europa y constituye el único vestigio de un monasterio de gran importancia en la alta Edad Media gallega. Se trata de un edificio románico primitivo, de planta basilical de tres naves con crucero y tres ábsides semicirculares en la cabecera (Imagen 1), con grandes contrafuertes añadidos posteriormente. Presenta características del románico catalán, como las bandas lombardas y las grecas de ajedrezado que decoran los vanos (Imagen 2).
La portada principal en la fachada occidental, coronada por un tejaroz bajo el que se dispone un guardapolvo de palmetas, es de arco de medio punto abocinado con cuatro arquivoltas de arista lisa soportadas alternativamente por dos parejas de columnas (Imagen 4), las exteriores de piedra del lugar y las interiores de mármol, éstas últimas junto con los capiteles pertenecientes al antiguo templo prerrománico, probablemente suevo (Imagen 5). Los motivos de dichos capiteles son vegetales en los del lado sur y en uno de los del lado norte, representando el cuarto cabezas de animales, de los que algunos parecen simios. El tímpano (Imagen 3) está formado por una pieza adintelada de forma de pentágono apaisado con la arista superior en ángulo muy abierto, que soporta varios sillares para completar el semicírculo, solución constructiva peculiar de Galicia y Auvernia. En el centro del dintel pentagonal hay grabado un crismón circular trinitario de seis brazos calzados de filete, de tipo navarro, único en Galicia junto con el de la catedral de Santiago de Compostela. El sillar central y de mayor tamaño de los que soporta el dintel está decorado con un Agnus Dei inscrito en círculo tetralobulado, en el que el Cordero representado con poco detalle y que más parece un caballo de larga cola sostiene con una de sus patas delanteras la Cruz que divide el círculo por mitad. Corona la fachada una pequeña ventana, y adosada se halla la torre campanario de dos cuerpos de los siglos XV y XVIII, rematada por cupulilla.
Parece ser que la parte más primitiva del templo corresponde al muro lateral izquierdo, que presenta tres vanos abocinados y una puerta de arco de herradura del templo primitivo, además de la que actualmente sirve de entrada. Adosadas al interior de este muro hay varias columnas sin capiteles, que quizá sirvieran de apoyo al techo del antiguo templo, cuyos vestigios también se aprecian en el muro lateral derecho (Imagen 8), al que estuvieron adosadas dependencias del desaparecido monasterio. Los canecillos de las cornisas de las naves y de los ábsides presentan motivos vegetales, animales e incluso decoración morisca.
6
El interior del templo se ordena en tres naves separadas por arcos sobre pilares cruciformes, con una nave transversal que hace las veces de crucero y a la que se abren los tres ábsides con bóvedas de cuarto de esfera. Las naves constituyen sin duda la primera fase constructiva, claramente prerrománica, carente de decoración escultórica –sólo una estrecha moldura marca el arranque de los arcos- y con vanos abocinados en las naves laterales y sobre los arcos de la nave central, cubiertas con armadura y techumbre de madera a dos aguas. Un arco transversal, a modo de triunfal, marca la transición a la segunda fase constructiva, correspondiente ya al siglo XI y por tanto ya románica, cuyo elemento más curioso es sin duda el cimborrio, constituido por un tambor rectangular con ángulos redondeados el que descansa la cúpula oblonga sobre trompas (Imagen 10), construido sobre el crucero como un elemento exento perfectamente apreciable tanto desde el exterior (Iimagen 1) como en el interior del templo (Imagen 6). La decoración de los once capiteles del crucero, labrados entre los siglos VIII al X, revelan una maestría singular por su fina talla y su simbolismo desbordado, siendo los más conocidos los que representan el Pecado Original, la Lujuria, el Banquete de Herodes con la degollación de San Juan Bautista (Imagen 7) y el Banquete del rico Epulón y el pobre Lázaro (Imagen 9); en otros, se muestran escenas de caza, hombres con la misma cabeza, animales, plantas, etc.
El frontal de altar o antipendio es una pieza excepcional, única en el arte europeo, formada por dos grandes piedras perfectamente unidas que componen un rectángulo con reborde, en el que se inscriben dos círculos de distinto tamaño: el mayor encierra un Cristo en Majestad, y el menor un Agnus Dei con la cruz detrás. Debajo de éste figura una paloma y repartidos por el resto del frontal, siete personajes con ropas sacerdotales, dos de los cuales sostienen el círculo de Cristo, que han sido interpretados como los ángeles-obispos de las Siete Iglesias del Apocalipsis o como símbolos de la misión evangelizadora de la Iglesia. La datación de esta magnífica obra de arte ha sido objeto de múltiples polémicas, y parece remontarse al siglo X (Imagen 11).
Las pinturas murales de los ábsides laterales y del cimborrio son de carácter popular y van desde el románico las más antiguas del ábside derecho hasta el gótico y primer renacimiento de las restantes, siendo las más recientes las del cimborrio, del siglo XIX (Imagen 10).
El Museo Parroquial anexo atesora una completa colección de la historia de uno de los más influyentes obispados del Reino de Galicia, destacando, entre las piezas exhibidas, el sepulcro del obispo Gonzalo, al que la religiosidad popular atribuye erróneamente la condición de santo, en cuyo interior se encontraron el anillo pastoral de oro del siglo IX, que contiene una piedra de cuarzo engarzada por cuatro cabecitas de ave con unos brillantes en los ojos, y el báculo de cobre sobre astil de madera.
Junto a la iglesia se encuentra la fuente de "a zapata", que según la tradición brotó al tirar el obispo “San” Gonzalo una zapatilla, y a cuyas aguas se atribuyen propiedades milagrosas.
(Fotografías y texto: Fco.M. Moreno Canela
Diseño y mantenimiento web: "romanicoaragones.com")
Páginas consultadas: |