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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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| -MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE OSEIRA- |
   UTM 29T 586270 4710332 658 m |
(GALICIA - ORENSE) |
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El monasterio de Oseira se halla a unos 20 kilómetros al norte de Orense y podemos llegar hasta él bien desde la localidad de Cea o desde la de Chantada. Se ubica a orillas del río Oseira y es sin duda uno de los monasterios más grandes de Galicia.
Su fundación se remonta al año 1137 en que el rey Alfonso VII donó el lugar a cuatro monjes que deseaban acogerse a la regla de San Benito. En 1141se sumaron a la reforma cisterciense, contituyéndose en la primera fundación del Cister en Galicia. El templo se consagró en 1239.
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De la iglesia románica es la cabecera, transepto y naves, siendo de un momento posterior la fachada de poniente con sus torres y los tres claustros que posee el monasterio, procedentes de la época en que perteneció al Cister de Castilla en el XVI.
La desamortización de Mendizabal en 1835 supuso como para tantos otros monasterios y templos un tremendo impacto negativo.
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Desde el exterior destaca con fuerza y sobriedad su gran ábside central rodeado-sustentado por girola y capillas radiales. Vanos rasgados, columnas, canecillos y capiteles de sobrio estilo cister animan la superficie exterior de su paramentos.
En templo es de planta de cruz latina, con tras naves paralelas más la nave transepto a la que abre su ábside mayor y la doble embocadura de la girola. Una repetitiva sinfonía de elementos simples a la par que majestuosos es lo que hallaremos al interior, como puede apreciarse en la fotografía de Santiago Cobreros, publicada en el número 9 de la revista de Amigos del Románico (Imagen 12).
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Guardo una negativa impresión de la visita al templo que realicé en el verano de 2009. El exterior, majestuoso, como puede verse en las imágenes que acompaño. La visita guiada... no puedo en absoluto recomendarla. Tuve la sensación de ser tratado no como visitante y amante de un estilo que deseaba admirar contemplar y fotografiar; sino como un componente del grupo al que se debía de conducir por el monasterio para ser aleccionados en su grandeza por una alcanforada dama que nos recitaba con desdén su cultura monástica a la par que vigilaba que ninguno intentase hacer una fotografía o separarse del grupo para recrearse en los volúmenes cistercienses del edificio.
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Cuando la gente es tratada de este modo en desproporcionada respuesta a un demostrado interés manifestado en acudir al templo, desde los más diversos lugares, pagar "religiosamente" una entrada y soportar los sermones laicos de "alcanforadas damas", comprendo el modelo francés en donde los templos son edificios propiedad del estado, multiusos y que están accesibles a la población que desea comprender su mensaje cultural, tanto como a quienes celebran en ellos los ritos de su fe o a los que sencillamente los ven como una buena caja de resonancia para un concierto musical.
Me hubiera gustado perderme entre sus arcos, sentir la soledad y disfrutar de la arquitectura sobria y repetitiva. Y también, claro, hacer algunas fotos. Como en Veruela, sin ir más lejos. No recomiendo la visita interior a quienes compartan mis sentimientos.
Por este camino del integrismo nos dan pie para comprender lo hecho por Mendizabal.
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