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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-BOCIGAS DE PERALES. PARROQUIAL DE SAN PEDRO- |
  UTM 30T 470047 4612658 920 m. |
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Bocigas de Perales es un pequeño pueblo de alrededor de 120 habitantes situado a la orilla derecha del Duero ya cercano a tierras de Burgos, bajo cuya jurisdicción estuvo en tiempos. Llegados a Langa de Duero, un desvío bien señalizado en dirección norte nos conduce en unos siete kilómetros hasta este bello paisaje. El caserío se agrupa en un valle rodeado por farallones rocosos kársticos a los que la erosión ha esculpido caprichosas formas en tonos rojizos. El río Perales se sitúa a cosa de un kilómetro al norte del pueblo. Y sobre su caserío se eleva la ancha espadaña de piedra que nos indica dónde se halla su parroquial dedicada a San Pedro Apóstol (Imagen 1). (3 de agosto de 2007).
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La iglesia parroquial es románica, del último tercio del XII y a pesar de las reformas y añadidos son patentes numerosos elementos originales que así lo atestiguan, en especial su portada y la cabecera semicircular. Al lado sur del templo se adosó un porche moderno y al costado opuesto nave corrida que alberga sacristía y capillas laterales ocultando parte del lado norte de la cabecera. En ella destacan cuatro de las seis semicolumnillas adosadas que adornaban su cilindro absidal. Rematan en altura por medio de capiteles que sostuvieron el primitivo alero y que con el recrecido de la cabecera han quedado descolgados a mitad de la misma (Imagen 2). Entre las dos semicolumnillas centrales, ajustado se halla el cegado vano absidal. Consta de tres arquivoltas de baquetón, ajedrezado y borde liso, así como guardapolvo también de ajedrezado que llega a contactar con las columnillas. Tuvo una pareja de capiteles de los que no queda sino una aproximada forma de su volumen (Imagen 3).
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Los capiteles que rematan esas columnillas absidales son de factura muy rústica e ingenua. Hombre y leoncito tripa arriba, piñas, personaje de grandes manos a quien muerden las orejas serpientes, un músico tocando la fídula y un personaje que sentado nos mira triste desde lo alto (Imágenes 4 a 8).
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Pero lo que sin duda es digno de admirar es la portada. Situada al abrigo de un porche moderno al lado sur del templo, se adelanta al muro que la contiene mostrando a través de sus dos arquivoltas una perfecta y plena decoración de gran riqueza plástica. Una imposta decorada continua la línea de ábacos y en ella apea el guardapolvo de taqueado jaqués que la enmarca. Una de las arquivoltas apea en columnillas que lucen capiteles decorados.
El vano se halla coronado por medio punto dovelado formado por seis dovelas mas la clave. En su frontal lucen una sucesión de diecinueve círculos en los que se inscriben flores tetrapétalas y pequeños botones entre cada pétalo (Imagen 14). Por fuera de ellas, reuniéndolas hay unos pequeños tallos vegetales, poco perceptibles. Describo estos elementos con detalle, porque guardan una gran similitud con la portada rehecha en Alcozar y que a buen seguro procede de la desaparecida portada de la casi desaparecida iglesia. Esta similitud puede ser de importancia a la hora de rehacer las arquivoltas de Alcozar, a semejanza de estas de Bocigas. Por fuera, la decoración que hallamos entre baquetones separadores se compone de bezantes, lazos continuos a modo de ochos y grandes botones florales. Estos elementos decorativos mantienen algo de policromía, destacando el rojo en sus zonas más elevadas, que le aportan un bonito efecto .
Los dos capiteles de la portada son historiados. A nuestra izquierda repiten la misma escena en cada una de las caras de su cesta: un personaje con su esquemática capa al viento situado al lado de un león al que sujeta la cabeza. En principio sugiere la escena de Sansón y el león. Pero si vemos los del lado opuesto, también simétrico en sus caras, en los que sendos leones se hallan con la cabeza humillada hacia la línea media con las borlas de sus colas flordelisadas asomando tras los lomos surque la duda, por su similitud con la actitud de los leones en el episodio de Daniel en el foso (Imágenes 10 a 13). De una u otra forma advierte al feligrés que va a traspasar el simbólico vano del interfase mundo/templo de la posibilidad de dominar al mal, representado aquí en forma de leones. Adentro nos enseñarán cómo hacerlo. Y si lo conseguimos, como Daniel, la belleza del cielo simbolizado en las arquivoltas cuajadas de flores será nuestra compañía.
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La talla de esta pareja de capiteles es sin duda distinta a la de las esculturas de la cabecera. Su sencilla pero cuidada labra, los detalles apenas insinuados, el aspecto general... todo ello evoca con fuerza a lo visto en las galerías de San Esteban de Gormaz, lo que no es extraño pues solo dieciséis kilómetros separan ambos lugares en línea recta.
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