-GARRAY. IGLESIA DE LOS SANTOS MÁRTIRES (Cont.)- |
 
UTM 30T 546171 4629280 1030
m |
|
1
2
El baldaquino del lado sur del templo, al contrario que el opuesto, se ha conservado íntegro con los elementos escultóricos y decorativos que lo componen. Como ya he comentado, aprovecho para repetir aquí que estos baldaquinos se edificaron con posterioridad a la construcción de la cabecera del templo colocando sus elementos adosados y adaptados a los perfiles de sus estructuras, concretamente a la pilastra con semicolumna que debió de servir de apeo al desaparecido arco formero de cada lado. En las imágenes 5, 6 y 8 puede verse como la columnilla del baldaquino más próxima al muro fue rebajada en toda su longitud (basa incluida) para acoplarse al perfil de la pilastra por lo que aparenta desde el exterior ser tan solo la cuarta parte de la columnilla mientras que desde el interior da la sensación de estar acodillada en el ángulo pilastra-cabecera.
3
4
5
6
7
8
Estructuralmente este baldaquino está compuesto por una sucesión de tres columnillas con sus basas coronadas por alargados capiteles de triple cesta que prestan apoyo a una pequeña bóveda de medio cañón adosada a la cabecera de la nave sur por encima de la embocadura de su absidiolo a modo de pequeño presbiterio. Por delante de esa bóveda de medio punto a modo de remate frontal se alzó una pequeña fachada con decoración en sus laterales a base de motivos vegetales carnosos y grandes florones en las enjuta, todo ello de la misma hechura que lo visto en la decoración del tímpano de la portada del templo (Imágenes 2, 3 y 4).
Por delante de la mesa del altar, al que contribuye a sustentar, encontramos una deliciosa pieza a modo de frontal de altar alzada sobre tres parejas de columnas dobles con capiteles vegetales sobre los cuales voltean dos pequeños arcos de medio punto polilobulados. La periferia del frontal está orlada por una sucesión de pequeños arquillos ciegos (cuatro en cada lateral y diecisiete arriba). De nuevo vemos los grandes florones como en el tímpano (dos grandes y cuatro pequeños) y tres cruces de Malta sobre astil, la mayor centrando el altar y dos pequeñas en los laterales formando simetría. Una sucesión de pequeños bezantes perfilan los arquillos polilobulados, los florones y las cruces de Malta. El conjunto conserva buena parte de su policromía y es una pieza realmente deliciosa (Imagen 9).
Por delante del baldaquino, cerrándolo, se sitúa una reja metálica con la inscripción "Relicario de los Santos Mártires, año de 1832". El baldaquino con sus columnillas y el cierre anterior con al reja metálica parecen llamados a contener y salvaguardar las reliquias situadas en el espacio anterior ganado a los primitivos absidiolos.
9
El cascarón absidal aparece decorado con vestigios de una pintura mural parcialmente oculta por un mueble moderno situado sobre el altar a modo de retablo-relicario. En la zona que podemos ver aparece la escena de un obispo sentado en su cátedra con las manos alzada en posición de orante y flanqueado por dos acólitos portando su báculo y una cruz procesional con los extremos flordelisados. Obispo y acólitos se muestran bajo un arquillo sobre el cual se elevan a los lados dos elementos torreados. Se adivina la existencia de más figuras al lado derecho, pero el mueble moderno las oculta (Imagen 10). El tipo de pintura nos habla de un momento avanzado del llamado gótico lineal. Creo que la decoración pictórica de este absidiolo/baldaquino es importante porque viene a corroborar mi hipótesis de que se dedicó a san Nicolás, como demostraré a la vista de las escenas labradas en los dos capiteles triples de este elemento y que hasta ahora no han sido correctamente interpretadas.
10
La decoración escultórica de este baldaquino se centra en dos capiteles de triple cesta, a diferencia de los vistos con anterioridad, más "clásicos" y de tan solo doble cesta. El tipo de escultura traduce un taller o escultor menos hábil que el que labró los capiteles que hoy sustentan la mesa del altar mayor. Sigue el modo de presentar la figuras y sus ropajes, pero ya sin la habilidad técnica del precedente. Sus ábacos se decoran con una sucesión de motivos vegetales carnosos (Imágenes 11a, 13a y 14a).
11a
11
En el capitel triple situado a nuestra izquierda vemos que se labraron dieciséis personajes. Al exterior del baldaquino hay siete. Tres llevan libros en las manos y cuatro bastón de peregrino (Imágenes 11 y 11a). Al frente hay un único personaje calzado, al igual que el resto, provisto de báculo y mitra (Imagen 12). Al interior del baldaquino hay ocho personajes, uno más que al exterior, dado que allí hubo que acortar el final de la tercera cesta para adecuarla al relieve de la pilastra. En este lateral los ocho personajes portan libros en sus manos (Imágenes 13 y 13a).
12
13
13a
En el lado opuesto, el capitel está adosado al muro sur del templo por lo que solo están labradas una de las caras largar y la anterior. En la cara larga compuesta por tres cestas y en la corta visible, el escultor nos muestra a catorce personajes distribuidos en tres embarcaciones: dos en los extremos del lateral largo (Imágenes 14 y 14a) y una más en el frontal (Imagen 15). Los perfiles de las naves están orlados por hileras de pequeños bezantes, así como la semiluna sobre la que aparece el personaje central provisto de báculo y mitra en la cara larga. Algunos de los marineros llevan remos de los que solo se ve el extremo superior. Bajo las naves y la orla inferior del obispo se labraron motivos ondulados y geométricos en representación del agua. La posición forzada de la mano derecha del obispo en actitud de bendecir es un detalle a tener en cuenta.
14a
14
15
En los textos consultados que describen estas escenas, como en la "Enciclopedia del Románico", se identifica al personaje principal de ambos provisto de mitra y báculo con Cristo sin ninguna justificación y señalando además la extraña representación del mismo. Es evidente que ese personaje principal de ambas escenas es un obispo provisto de sus atributos pontificales y esa es la clave de su identificación así como la de la advocación de este absidiolo reconvertido en baldaquino.
El personaje protagonista en ambos capiteles y al que también se alude en la decoración de pintura mural del cascarón del absidiolo no es otro que san Nicolás obispo, objeto también de devoción y representación escultórica en lugares cercanos como el tímpano de la iglesia de Soria capital dedicada al mismo y recolocado en San Juan de la Rabanera.
En la hagiografía de san Nicolás escrita por Santiago de la Vorágine en la Leyenda Dorada, encontramos estos dos pasajes que se ajustan muy bien a la lectura de los capiteles de este baldaquino:
"Poco después de esto murió el obispo de Myra. Los prelados de la región se reunieron para determinar quién había de ocupar la sede que acababa de quedar vacante. El presidente de la asamblea, que gozaba de gran prestigio entre sus compañeros y sabía que todos darían su voto a quién él indicara, al comenzar la sesión propuso a los vocales diferir la elección unos días y entretanto pedir a Dios con oraciones y ayunos que se dignase indicarles de alguna manera a quién deberían elegir. Aquella misma noche estando todos los obispos durmiendo, el presidente oyó una voz que le decía: Mañana levántate muy temprano, sal a la calle, ponte a la puerta de la catedral y espera, pronto empezarán a llegar algunos hombres a la iglesia para asistir a los sagrados oficios. Cuando llegue el primero pregúntale cómo se llama; si te dice que Nicolás, no te quepa duda de que tienes delante de ti al sujeto designado por Dios para que ocupe la silla vacante..."
"Un día los marineros de un barco al borde del naufragio, con lágrimas en los ojos invocaron su nombre diciendo: Nicolás siervo de Dios, muéstranos que es verdad cuanto hemos oído referir acerca de tu poder. En aquel mismo instante presentóse ante ellos y les dijo: Aquí me tenéis; ved cuan prestamente he acudido a vuestra llamada. Inmediatamente comenzó a ayudarles en las faenas de la navegación y a maniobrar con antenas, velas y cables hasta que momentos después la tempestad cesó y él desapareció. Al final del viaje, los marineros acudieron a la iglesia de San Nicolás, y a pesar de que, fuera de aquella aparición, jamás en su vida lo habían visto, en cuanto entraron en la catedral donde a la sazón estaba el santo obispo, inmediatamente lo reconocieron..."
El primero de ellos da sentido al capitel en que una serie de personajes con libros representan a los electores del obispo y otros con bastón de peregrino a quienes van acudiendo a la iglesia (Los del interior del capitel portan libros, acaso representando el interior del templo, mientras que la cara exterior sería la vista de quienes van llegando. San Nicolás se muestra al frente del capitel, ya como elegido a través de este hecho milagroso.
El segundo nos muestra a unos marineros y entre ellos al santo obispo con sus atributos encajando también con la descripción del segundo hecho milagroso, que en la Leyenda Dorada se narra justo tras el de su elección como obispo de Myra, ya referida.
Como reflexión final, quiero incidir en el hecho de que los baldaquinos se edificaron más tarde de la construcción de la cabecera del templo, como es evidente al examinar su forzado encaje en los absidiolos y que el que nos queda en pie en lado sur, muestra unos detalles escultóricos en su decoración (florones, sucesión de pequeños arquillos ciegos, etc.) que son coincidentes con el estilo escultórico existente en el tímpano de la portada por lo que ambos, portada y baldaquino, deben de corresponder a una segunda etapa edificativa del templo posterior a la de edificación de la cabecera.