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Se trata de un templo
orientado, originalmente románico que sin duda ha sufrido numerosas
transformaciones a lo largo del tiempo. La zona más antigua es
su cabecera en la que se advierte bien la existencia de cilindro absidal
y presbiterio. Ambos están edificados en mampostería y la
piedra arenisca bien trabajada se reserva para los canecillos y la cornisa
del presbiterio. En el cilindro absidal suple esta función una
cuidada decoración de teja árabe.
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Los canecillos presbiterales
muestran motivos arcaicos a base de rollos de tipo mozárabe o bolas,
que también vemos en alguna pieza de cornisa (Imagen 4).
Al lado sur apenas se advierte el presbiterio, semioculto por una curiosa
espadaña adosada en la que vemos doble vano al oeste y una especie
de "toldo" de madera al sur. Por delante del templo se halla
el pequeño cementerio local y más allá los amplios
campos castellanos de cereal.
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Desde la última
casa del pueblo antes de la iglesia arranca un caminito en mediano estado
delimitado por piedras, sin duda antiguo. A mi llegada se asomó contenta
una mujer mayor creyendo que venía de la diputación para
ver de arreglarlo. Lamentablemente, esta vez fui sincero y allí acabó
su interés. Y por supuesto, de las llaves por las que le pregunté
para ver el interior, ni el menor rastro.
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La portada del templo
es su elemento más interesante. Abre hacia mitad del muro
sur y hace clara raya con el resto de la edificación. Se añadió en un momento avanzado del románico al
templo original, de aspecto mucho más más tosco (Imágenes
7 y 8). Se halla situada en un
cuerpo adelantado al muro, edificada en piedra caliza de tonos claros,
lo que aumenta su diferenciación. Consta de cuatro arquivoltas
doveladas de medio punto que apean alternativamente en columnillas y pilastras.
El vano decora con una imposta continuación de los ábacos
de los capiteles.
Por fuera del medio punto
del vano hay una moldura de ajedrezado jaqués. Más allá,
arquivolta de baquetón con ligero motivo sogueado en su exterior.
La siguiente arquivolta también de baquetón adorna por fuera
con foliolos a modo de dientes de sierra. De nuevo otra con baquetón
y motivo sogueado y por fuera de la última, guardapolvo decorado
con puntas de diamante.
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La cornisa del tejaroz
que proteje a la portada luce ajedrezado jaqués y se decora con
nueve canecillos con motivos diversos (Imágenes 9 a 11).
De nuestra izquierda a derecha, vemos: un bóvido; un religioso
con evidente tonsura circular señalando a un libro abierto (sin
fechas); una cabeza masculina con ajustado gorro; una cabeza femenina
con tocado sencillo; un pequeño felino en posición sentada;
cabeza de felino de fiero aspecto y amplia dentadura en su boca abierta;
cabeza de varón con amplia tonsura o alopecia central; cabeza de
varón con gorro ajustado y por fin otra cabeza de felino semejante
a la ya descrita.
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En la enjuta este de
la portada hay una escultura empotrada que muestra a un varón situado
dentro de un marco a modo de arquillo ciego. Luce gorro ajustado en el
que parece adivinarse una venera, amplia capa, bastón de peregrino
en forma de tau sobre el que apoya sus manos y al cuello lleva una pequeña
cantimplora cuadrada. Todo apunta hacia la figura de un peregrino, sin
duda distinguido, dada su destacada situación y talla singular
(Imagen 12).
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Los capiteles muestran
motivos semejantes en ambos lados: vegetal al exterior y de leoncitos
con sus cabezas juntas en el ángulo libre de la cesta. Los ábacos
se decoran con volutas onduladas muy elaboradas y con motivos vegetales
que parecen surgir de cabecitas de aspecto de felino en los ángulos.
(Imagen 13).
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En altura del ángulo
suroeste del templo hay reutilizado un canecillo que muestra una cara
demoníaca. Más elaborado que los de la cabecera, es fácil
relacionarlo con los vistos en la portada. Probablemente decorase la desaparecida
cornisa de la nave añadida a la antigua cabecera.
Por fin, la cerradura
de la puerta de acceso (vedada a forasteros) muestra un elegante diseño
a base de arco de medio punto sobre columnillas y rematado en altura por
crucecita, tan bonito como eficaz en su misión de alejarme de la
contemplación y divulgación de su interior (Imagen
17).
