LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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-TAGAMANENT: ERMITA DE SANTA MARÍA-



UTM 31T 441475 4622001 1024 m

(BARCELONA)

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Una de mis innumerables excursiones un grupo, me llevó a este lugar cuyo promontorio y castillo se divisan desde muchos puntos de la comarca de Vallés.
Situada en la comarca del Vallés Oriental, la iglesia de Santa María de Tagamanent fue considerada antiguamente una parroquia rural y más tarde como Santuario Mariano. Su emplazamiento, junto a su castillo homónimo, a 1055 m. de altitud, hace de este lugar, un destino ideal para los excursionistas y amantes del senderismo, es una atalaya colindante con los contrafuertes del macizo del Montseny desde donde se pueden apreciar unas vistas inmejorables, formando frontera con la comarca de Osona.
Esta iglesia se cita por primera vez en el año 993, cuando el Conde Borrell le cede el pleno dominio de unos bienes cercanos y vuelve a citarse de nuevo en 1009 por la cesión de unos condominios por el conde Ramón Borrell.
Desde ese momento, el templo fue cambiando de propietarios entre condes y abades, incluso se llegó a ceder al monasterio de Santa Fe de Conques en el Languedoc, aunque esta cesión no acabó de realizarse, pasando a manos del monasterio de Sant Pedro de Casserres, cercano a Vic, a fin de establecer una comunidad regida por sus monjes, aunque de nuevo, los proyectos de futuro desaparecieron debido a la decadencia de Casserres.


A partir del siglo XV, la iglesia ha sufrido varias modificaciones y añadidos. De su parte románica sólo quedan los muros que formaban una única nave cubierta con vuelta de cañón apuntada y reforzada por arcos torales. El ábside y parte del arco triunfal han desaparecido, quedando en su lugar un camarín donde se veneró la imagen de una virgen “encontrada”. Colindante al mismo y por la parte exterior, se reformó la fachada de poniente, construyéndose un portal gótico.
Los sillares estás bien colocados y hechos con mortero de cal y se pueden apreciar tanto en el interior como en el exterior.
El templo está siempre cerrado, he consultado a los habitantes de los alrededores por si hay algún día en que se pueda visitar su interior y por lo visto existe alguna fecha en que queda abierto con motivo de alguna romería o festividad, pero esto sucede muy pocas veces al año. De todos modos, hay instaladas unas rejas en las fachadas de poniente, levante y mediodía, desde donde se puede apreciar bastante bien su interior, incluso, con un poco de sentido malabar, se pueden sacar algunas fotos, como fue mi caso.

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A fin de concretar las fases evolutivas del edifico, se hicieron excavaciones y se llegó a la conclusión de que a pesar de las referencias y fechas documentadas y citadas anteriormente, el templo carece de estructuras románicas, no obstante, existen vestigios en los muros de la nave norte y en la cabecera. En el área presbiterial hay muros de características morfológicas muy distintas, sobre uno de los cuales se reclinan los cimientos del arco triunfal que encabezaba al ábside mayor. Estos muros, en penoso estado de conservación, se asientan en un terreno natural.
Hipotéticamente, estas estructuras podría haber formado parte del castillo, documentado en el año 945, el cual se abandonó en el siglo XIV y se construyó la iglesia de tres naves, cubiertas con vuelta e crucería gótica. La antigua espadaña se transformó en un campanario de planta cuadrada con dos ventanas gemelas de medio punto.
La puerta de acceso a las naves está construida con arco adovelado de medio punto tres arquivoltas muy sencillas y exentas de decoración.
En la fachada, así como en casi todos los muros, existen diversas ventanas de todo tipo, incluso un pequeño rosetón encima de la puerta de acceso.
Una curiosidad entre tanta mezcla es una pieza rectangular situada en el lado izquierdo de la fachada, muy cercana a la puerta. Se trata de una pieza calcárea, de 80x40 cm. añadida y recuperada, cuyo origen se desconoce. Presenta una moldura cóncava en cuya parte superior se halla esculpido un friso simétrico consistente en elementos de carácter vegetal rodeados de un círculo, algunos de los cuales están muy deteriorados.
Se accede por diversos puntos pero el más cómodo es coger una pista en Collformic en el Km. 26 de la carretera de Cardedeu al Brull, atraviesa todo el Pla de la Calma con unas elevaciones de más de 1000 m., no hay ni curvas ni desniveles. Cerca del cerro de Tagamanent, debe dejarse el vehículo y subir por una pequeña pista muy pronunciada pero perfectamente visible hasta la cima.

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(Fotografías y texto: Marta Mª Moltó

Diseño y mantenimiento web: "romanicoaragones.com")


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