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        El templo de Santiago está lleno 
          de marcas de cantería. Son incontables los elementos pétreos 
          en que dejaron su firma los canteros. Dependiendo de dónde se 
          hallen y de cómo les incida la luz son más o menos visibles. 
          Sin ánimo en absoluto de exahustividad 
          comparto algunas de ellas Seguro que un estudio de la frecuencia 
          y situación de las mismas podría ser de utilidad en el 
          estudio de las diferentes fases edificativas del templo. Ya me gustaría hacerlo, como hice en Jaca, pero la distancia y el tiempo me impiden siquiera planteármelo.
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        De nuevo traigo el testimonio de Aimerid 
          Picaud. Al igual que en la primera pagina de este trabajo, hace reflexionar 
          sobre las gentes que aquí han trabajado y lo numeroso de su numero 
          atestiguado en la cantidad de marcas de cantería.
        "Los maestros canteros 
          que emprendieron la construcción de la basílica de Santiago, 
          se llamaban Don Bernardo el Viejo, maestro admirable, y Roberto, con 
          aproximadamente otros 50 canteros que allí trabajaban asiduamente, 
          bajo la solicitada dirección de don Wicarto, don Segeredo, 
          prior del cabildo, y del abad don Gundesindo; durante el reinado de 
          Alfonso, rey de las Españas, y durante el obispado de don Diego 
          I, guerrero esforzado y varón generoso. El templo se comenzó 
          en la Era MCXVI. Desde esta fecha hasta la muerte de Alfonso, valiente 
          e ilustre rey de Aragón, se cuentan 59 años; y hasta el 
          asesinato de Enrique, rey de los ingleses, 62 años; y hasta la 
          muerte de Luis el Gordo, rey de los francos 63; y desde la colocación 
          de la primera piedra en sus cimientos, hasta la colocación de 
          la última, pasaron 44 años."
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