| -SEGOVIA.
IGLESIA DE LOS SANTOS JUSTO Y PASTOR-(Cont.)- |
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UTM 30T 406119 533571 1000 m.
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Cuando entramos al templo, la sobriedad
de sus paramentos encamina vista y pasos hacia la cabecera, iluminada y cuajada
de un ciclo pictórico increíble. Rafael, que conoce y
relata cada lugar y cada detalle con entusiasmo, presume de templo y
disfruta con nuestra admiración. Por muchos años.
A nuestra izquierda abren dos vanos.
Uno grande y apuntado que comunica nave con la capilla del XVII en que
se halla el Cristo de los Gascones en su urna. Más adelante,
una pequeña portadita decorada con un magnífico tímpano
permite el paso a la base de la torre, en cuyo espacio se veneraba el
mencionado Cristo antes de la edificación de la capilla barroca
(Imágenes 1 y 8). A nuestra derecha, abre a mitad del
muro sur la segunda portada del templo, que al edificarse la capilla
añadida que la alberga ha quedado al interior del templo (Imágenes
4 y 6).
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Cada uno de los dos ventanales de los
respectivos hastiales se decora al igual que al exterior con arquivolta
provista de capiteles decorados, columnas y basas. Cierran con vitrales
que representan a los santos-niños Justo y Pastor a poniente y
a la Virgen con el Niño a oriente (Imágenes 3 y
5).
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En la capilla añadida al sur que
contiene la portada meridional se guarda la sencilla pila bautismal del
templo (Imagen 7). Al otro lado, en la capilla añadida
al norte, una urna guarda la imagen románica del siglo XII del Cristo
de los Gascones, imagen articulada destinada a escenificar el descendimiento
de la Cruz en la liturgia de la Semana Santa (Imágenes
9 a 13). Dos orificios en la bóveda absidal se utilizaron
para llevar a cabo esa representación litúrgica.
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El Cristo, según una antigua leyenda
señala a alemanes y gascones quienes la trajeron a lomos de una
yegua ciega que paró en este lugar, leyenda tantas y tantas veces repetida
a través de los diferentes lugares geográficos. La imagen
se guardó en la capilla bajo la torre a la que se accedía
por la portada mostrada en la imagen 15.
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El acceso a la capilla bajo la torre se
decora de modo excepcional por un tímpano ricamente decorado. Al
igual que sucedió con las pinturas ocultas del ábside, este
tímpano se hallaba tapiado junto con la portada. Al recuperarlo,
surgió una escultura cuidadosa, detallista y adornada de buenos
restos de su policromía original (Imágenes 14 y
15).
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Bajo un guardapolvo de ajedrezado jaqués,
el tímpano se enmarca por medio de una arquivolta dovelada de medio punto compuesta por nueve
dovelas decoradas con motivos vegetales y geométricos. La dovela
clave muestra una cabeza de fiera de la que surgen tallos vegetales de
boca y orejas.
En el tímpano, comenzando por nuestra
izquierda hallamos a un mitrado sentado en su cátedra de la que
asoman la decoración de fieras que rematan sus extremos. Luego, tres figuras femeninas
portando redomas, las dos primeras con idéntica vestimenta. A nuestra
derecha, la tercera es diferente y se distingue de las otras por su tocado:
luce una corona diademada y flordelisada y porta vestidura de mayor lujo.
A la derecha de ella hay un ángel turiferario, pelirrojo con las
alas explayadas ,incensando a una estructura que se alza sobre doble vano
geminado. Se compone de altar oculto y decorado por mantel
delicadamente esculpido sobre el que se alza un vano cubierto por arco
de herradura protegiendo una cruz de brazos iguales alzada sobre astil.
El simbolismo de este tímpano desata
todavía controversias. Es evidente que muestra una exaltación del
símbolo de la Cruz; pero el momento que describe se presta a interpretaciones.
La más repetida apunta hacia santa Elena, madre del emperador Constantino
acompañada de dos mujeres en el momento de descubrir la Vera Cruz
de Cristo. El mitrado sería el obispo Macario de Jerusalén.
Otras opiniones apuntan hacia el episodio de las tres Marías ante
el sepulcro de Cristo, opinión reforzada en que esa puerta daba
paso a la capilla bajo la torre donde se guardaba la imagen articulada
del Cristo de los Gascones. Así pues, realmente podría considerarse como el "sepulcro
de Cristo" ("El tímpano de San Justo de Segovia
y la Visitatio Sepulchri". Revista "Románico"
Nº 9. Julio González Montañés. Diciembre 2009)
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Empotrada en el hastial de oriente al
lado de la portada está la lápida epigrafiada de una donación
(Imagen 22). En el templo hay cruces de consagración. La de la
imagen 23 se halla a los pies del muro sur y la de la
imagen 24, sobre la rosca de ladrillo del arco triunfal
de acceso al presbiterio.
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A la altura de la unión del medio
cañón del arco triunfal con la jamba del mismo en su lado
norte, quedan restos de pintura mural representando la Santa Cena (Imagen
25). En origen, todo el templo se hallaría decorado con
pinturas.