LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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EL ROMÁNICO
   

5.- EL TEMPLO ROMÁNICO

A) - Generalidades


a-2) Planta (3/5)

Por fin llegamos al modelo "tipo" de templo románico. Para ello he elegido la planta de una iglesia emblemática en Huesca: Santa María de Iguacel. Situada al fondo del deshabitado valle de la Garcipollera poco al norte de Jaca, reúne una serie de circunstancias que la hace excepcional. Se edificó hacia 1040 por el conde Galindo quien la legó a su hijo Sancho Galíndez, el que fuera consejero de Ramiro I, -primer rey de Aragón- y tutor ("ayo") de Sancho Ramírez, el monarca que abrió Aragón a Europa y por tanto al románico pleno en lo edificativo y a Cluny y al rito romano en lo canónico. Hacia 1072 recién instaurado el rito romano y siendo ya Sancho Ramírez vasallo del Papa, se reformó el templo, añadiéndole muestras del mejor arte jaqués en forma de decoración escultórica de sus ventanales y sobre todo, redecorando la portada de poniente sobre la que se colocó una larga inscripción que da fe de quiénes fueron los comitentes, el nombre del rey, el año de esta obra ya acabada (1072) y los nombres de los operarios que la decoraron. Un caso excepcional de iglesia fechada y firmada

En planta, sobre estas líneas, apreciamos con claridad su estructura compuesta por tres segmentos bien definidos: ábside (A), presbiterio (B) y nave (C). Los dos primeros forman una unidad que es la cabecera del templo (A+B) y tras ellos la nave. El lugar más sagrado de la iglesia es el ábside, espacio reservado a la Divinidad. Por detrás se sitúa el presbiterio o coro, espacio interpuesto, de separación, entre la Divinidad y el pueblo, ocupado por los oficiantes o presbíteros (de ahí su nombre). Finalmente, la nave (C) que daba cabida a los fieles y que en muchas ocasiones se separaba físicamente por una verja, como era en origen el caso en esta iglesia. Su magnífica verja románica, se trasladó al Museo Diocesano de Jaca donde se expone.

En iglesias más evolucionadas la función de separación entre cabecera y nave la asume el transepto, nave transversal situada entre presbiterio y nave principal (merece la pena recordar que la nave transversal es aportada por el arte visigodo). La medida interior de los tres elementos del templo, es decreciente a causa de que estas tres estructuras se articulan entre si de forma "telescopada", reduciéndose progresivamente la anchura de la nave, la del presbiterio y la del ábside a modo de embudo que nos condujesen estructuralmente hacia el lugar de la Divinidad.

Un modelo muy extendido es el que se obtiene al añadir dos capillas laterales a la parte anterior de la nave. El templo adopta en planta la forma de cruz latina y recuerda a la silueta de Cristo Crucificado. En la imagen sobre estas líneas se muestra la planta de San Pedro de Lárrede en Huesca. Las capillas laterales son en este caso fruto del diseño original y sobre la septentrional se alza su emblemática torre. Hay que advertir que en muchos casos las plantas de cruz latina son consecuencia del añadido tardío de capillas laterales a templos que en origen se diseñaron como de nave única.

Avanzando en este modelo básico, encontramos templos a los que se añade una segunda nave al costado de la principal, como es el caso de Lasieso o Basarán (en su emplazamiento original, planta modificada al trasladarla a Formigal) ambas en Huesca. Se añade una nave de pequeñas dimensiones situada al lado norte, cuya función es problemática y sobre la que se ha especulado con que ejerciera las veces de "capilla del Santísimo" sin que tampoco pueda descartarse una funcionalidad de "cripta" situada al mismo nivel que la iglesia principal

Y si por circunstancias el templo precisa de tres ábsides en su cabecera, para poder dedicar cada uno de ellos a una advocación diferente, la solución intermedia en lo evolutivo, es la presentada sobre estas líneas. Pertenece al templo lombardo de San Juan de Toledo de Lanata situado al este de Ainsa en Huesca. Al extremo de la nave un presbiterio cuadrado sobre el cual se monta una bóveda de arista de la que tres de sus arcos torales son los propios de embocadura de los tres ábsides y el cuarto el de la nave

 

Pero sin duda la opción más extendida es la de edificar las tres cabeceras en línea, cerrando al este un espacio rectangular dividido en tres naves longitudinales, cada una de las cuales acaba en una de las cabeceras. En estos casos las naves se estructuran en varios tramos consecutivos articulados por parejas de columnas exentas y sus correspondientes pilastras adosadas al interior de los muros a fin de recibir los empujes de arcos formeros y fajones que apearán las bóvedas.

El ejemplo presentado es el de Santa María de Buil, poco al sudoeste de Ainsa. Templo arcaico, en el que sus ábsides lo enlazan con lo serrablés, mientras que la importante estructura de torre-pórtico adosada al hastial de poniente sobre la que existe una tribuna, lo relaciona con modelos carolingios, cuyo mayor representación en territorio hispánico es San Pedro de Siresa. Torre-pórtico que veremos repetirse de modo emblemático en Ainsa, San Pedro de Jaca, o en Oto.

SALAMANCA-SAN MARCOS

Mención aparte merecen los templos de planta central, en los cuales la nave se sustituye por una edificación circular o poligonal que presenta en su lado este una cabecera al uso. A este tipo pertenecen las iglesias de Eunate y Torres del Río en Navarra y San Marcos en Salamanca. Templos siguiendo el patrón edificativo del Santo Sepulcro de Jerusalén y al parecer importados por la Orden del Temple.



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