LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO
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-MONDOÑEDO. IGLESIA DE SAN MARTÍN- (Cont.)-
(GALICIA - LUGO)
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MENÚ DESPLEGABLE.............................................(Seleccionar zona de la Iglesia) EXTERIORES CANECILLOS PORTADA OESTE INTERIOR-GENERALES INTERIOR-CAPITELES ANTIPENDIO PINTURAS
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La escultura del templo de San Martín de Mondoñedo se concreta en los once capiteles que veremos en el transepto correspondientes al último tercio del siglo XI al igual que el magnífico y singular antipendio situado en el altar central por una parte y por otra los numerosos canecillos que decoran en altura el templo o se hallan reutilizados al interior del mismo, sin función, y que corresponden ya a un momento posterior (siglo XII) mostrando características semejantes a cualquier otro templo del románico pleno en el Camino. El escultor que realiza capiteles y antipendio, conocido como "maestro de Mondoñedo", muestra un estilo muy sencillo de talla, próximo a lo "naif" que recuerda sin duda -aunque con visibles diferencias a la escultura del arcaico templo de San Bartolomé de Rebordans en Tuy donde hallamos un capitel con la escena de la decapitación del Bautista "primo hermano" del que veremos en este templo (Imagen 15). En la imagen 27, interactiva situo los once capiteles. Cliqueando sobre cada uno de los números se accede a su imagen correspondiente. Lo primero que llama la atención en dicha imagen es el hecho de que la escultura se centre en el transepto. La cabecera tan solo tiene dos capiteles para apeo de los arcos formeros de la injertada cúpula dado que en origen no era al modo benedictino con arcos triunfales enmarcando sus ábsides. Los señalados con los números 1 y 5, ya a la parte posterior del transepto, muestran un estilo diferente al resto siendo claramente "mateanos", lo cual Castiñeiras atribuye a una interacción con algún escultor procedente de Santiago de Compostela, templo con el cual habría intercambio no solo de modelos escultóricos sino probablemente también de iconografía pictórica, postulando que quizá la pintura que hubiese en Santiago fuera de un estilo muy parecido a la recién descubierta que veremos más adelante.
La escultura del templo de San Martín de Mondoñedo se concreta en los once capiteles que veremos en el transepto correspondientes al último tercio del siglo XI al igual que el magnífico y singular antipendio situado en el altar central por una parte y por otra los numerosos canecillos que decoran en altura el templo o se hallan reutilizados al interior del mismo, sin función, y que corresponden ya a un momento posterior (siglo XII) mostrando características semejantes a cualquier otro templo del románico pleno en el Camino. El escultor que realiza capiteles y antipendio, conocido como "maestro de Mondoñedo", muestra un estilo muy sencillo de talla, próximo a lo "naif" que recuerda sin duda -aunque con visibles diferencias a la escultura del arcaico templo de San Bartolomé de Rebordans en Tuy donde hallamos un capitel con la escena de la decapitación del Bautista "primo hermano" del que veremos en este templo (Imagen 15).
En la imagen 27, interactiva situo los once capiteles. Cliqueando sobre cada uno de los números se accede a su imagen correspondiente. Lo primero que llama la atención en dicha imagen es el hecho de que la escultura se centre en el transepto. La cabecera tan solo tiene dos capiteles para apeo de los arcos formeros de la injertada cúpula dado que en origen no era al modo benedictino con arcos triunfales enmarcando sus ábsides.
Los señalados con los números 1 y 5, ya a la parte posterior del transepto, muestran un estilo diferente al resto siendo claramente "mateanos", lo cual Castiñeiras atribuye a una interacción con algún escultor procedente de Santiago de Compostela, templo con el cual habría intercambio no solo de modelos escultóricos sino probablemente también de iconografía pictórica, postulando que quizá la pintura que hubiese en Santiago fuera de un estilo muy parecido a la recién descubierta que veremos más adelante.
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Las imágenes 2 y 9 corresponden a los capiteles situados a espaldas del transepto mirando ya a las naves y que decía se deben a una mano ya mateana, posterior a la obra del escultor que define el estilo de Mondoñedo. También los capiteles del pilar norte, hacia la cabecera y hacia la nave norte (Imágenes 3 y 4) son algo diferentes; pero sin duda arcaicos y sencillos. Sus cestas muestran elementales palmetas acabadas en espirales y pequeños zarcillos a modo de brotes de helechos.
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El capitel situado en lado sur de separación entre transepto y nave central muestra a un personaje que lleva sujeto por medio de una correa a una fiera (sus patas acaban en garras) aparentemente dócil, con la lengua afuera mientras que tras ella aparece otra figura humana con la mano derecha levantada mostrando su palma (Imágenes 6 a 8)
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Frente al anterior, el mostrado en las imágenes 10 a 12 posee sucesivamente en su cesta una fiera rampante, un águila en posición frontal con sus alas desplegadas, una mujer a la que dos sapos muerden los pechos y una sirena de estilizada cola
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El capitel que ocupa la cara anterior del pilar entre las naves central y sur, el más importante del templo a mi modo de ver como intentaré más adelante demostrar, se ofrece en las imágenes 13 a 16. En el vemos en el lado corto a nuestra izquierda, la escena del sacrificio de san Juan Bautista, concretamente el momento en que un verdugo corta su cabeza a la vez que sobre el aparece un águila en posición frontal con las alas desplegadas (Imágenes 13 y 14). En el frontal de su cesta, la escena del banquete de Herodes con la cabeza de San Juan ya en una bandeja situada al extremo derecho de la mesa. En el lateral de nuestra derecha, vemos a Salomé con el cabello suelto tras su danza y en la esquina una carita diabólica. Ya desde aquí señalo que la escena de san Juan, agachada su cabeza y recibiendo el martirio mientras que un águila aparece sobre él, es idéntica (con la salvedad de la figura del verdugo) a la que veremos en el ángulo inferior izquierdo del antipendio. Por otra parte, el águila frontal es en ambos lugares idéntica a la que aparece en el capitel de la imagen 11.
El capitel que ocupa la cara anterior del pilar entre las naves central y sur, el más importante del templo a mi modo de ver como intentaré más adelante demostrar, se ofrece en las imágenes 13 a 16. En el vemos en el lado corto a nuestra izquierda, la escena del sacrificio de san Juan Bautista, concretamente el momento en que un verdugo corta su cabeza a la vez que sobre el aparece un águila en posición frontal con las alas desplegadas (Imágenes 13 y 14). En el frontal de su cesta, la escena del banquete de Herodes con la cabeza de San Juan ya en una bandeja situada al extremo derecho de la mesa. En el lateral de nuestra derecha, vemos a Salomé con el cabello suelto tras su danza y en la esquina una carita diabólica.
Ya desde aquí señalo que la escena de san Juan, agachada su cabeza y recibiendo el martirio mientras que un águila aparece sobre él, es idéntica (con la salvedad de la figura del verdugo) a la que veremos en el ángulo inferior izquierdo del antipendio. Por otra parte, el águila frontal es en ambos lugares idéntica a la que aparece en el capitel de la imagen 11.
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Sustentando el fajón que encabeza la nave sur, y al lado del anterior, otro capitel ricamente historiado nos narra la escena bíblica del rico Epulón y el pobre Lázaro (Imágenes 17 a 19). Dos personas a nuestra izquierda abastecen de vino a la mesa, en el frontal, ricamente poblada de platos con viandas y tres personajes sentados a la misma. Otros dos a nuestra derecha, comen y portan grandes porciones de alimento. Un tercero parece abrir la hoja de una puerta bajo la que aparece tumbado Lázaro al que un perrillo situado bajo la mesa lame su larga pierna.
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Frente al anteriormente descrito, adosado al muro sur aparece un capitel que en todo los sitios consultados se da como una extraña expulsión de Paraíso de Adán y Eva; hecho que no comparto. Hay en las esquinas dos personajes, femenino y masculino a los que sendas fieras devoran la cabeza mientras ellos sujetan sus cuellos con las manos. Esa iconografía la he visto repetida muchas otras veces en templos bien conocidos. En Loarre, por ejemplo, trocando fieras por anfisbenas o por dragones con apariencia de basiliscos, también en Loarre o en Toulouse. Ese modo de castigar "por la cabeza" para el profesor Guesuraga supondría la pena por haber pecado de pensamiento, o pugando con lo establecido por la Iglesia. El resto de símbolos acompañantes entiendo que pueden ser de relleno para aliviar los vacíos de la cesta del capitel. A destacar la infrecuente decoración de la parte inferior del largo vestido de la mujer, a base de tres acanaladuras (Imagen 20), que he visto tan solo en el claustro de Alquezar.
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Por fin, enmarcando el ábside central hay dos capiteles de difícil alegoría. En el lado norte, un desproporcionado grifo y otras bestias mientras que en el sur, un personaje compartiendo cabeza en el ángulo, encorvado y sujetando un cuchillo (de igual forma que el que sirve para decapitar a san Juan) con bestias al otro lado del capitel (Imágenes 23 a 26).
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