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Lo más espectacular del templo es su cabecera (Imagen 1). No es frecuente hallar cinco ábsides alineados rematando al este la nave transepto. Notablemente mayor el central y de similar tamaño los laterales, estando los más internos un poco más adelantados que los exteriores (Imágenes 1, 3 Y 4).

El ábside central se divide en tres lienzos por medio de dos columnas adosadas (Imagen 4). Cada uno de ellos se centra por ventanal aspillerado de doble arquivolta, muy alargadas y abocinadas, ya en clave cisterciense. Dos impostas completan su decoración. Una a nivel de los ábacos que se continua con los guardapolvos de los ventanales y otra bajo los mismos. Bajo el alero, una sucesión de arquillos trilobulados apeados en ménsulas, motivo que comparte con los laterales y brazo sur del transepto (Imagen 5).

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Cada uno de los ábsides laterales posee un ventanal central, más sencillos y de doble moldura los internos y solo una los externos. Los presbiterios se marcan bien al exterior, en especial por su mayor profundidad, el correspondiente al ábside central, sobre el que se eleva el hastial este. La zona superior del transepto, así como la torre, lucen ya vanos apuntados, como corresponde a una época cronológicamente posterior.

En cada uno de los brazos del transepto abren sendas portadas de bella factura. La norte muestra un estilo lemosino a base de zig-zag, arquillos, botones florales.... Pertenece al románico francés tardío, y me recuerda otras vistas en Salas o Foces en Huesca, o la "episcopalmente expoliada" de El Tormillo -Huesca-, hoy en Lérida. Dentro de esas líneas generales, la de Benavente es mucho más recargada en decoración. Guardapolvo y cuatro arquivoltas que apean mediante ábaco corrido en capiteles esculpidos con motivos animalísticos y de entrelazos. Es peculiar la arquivolta interna, cuya decoración es a modo de la vista en la puerta del obispo de la catedral de Zamora; pero con los extremos de las lobulaciones rectos en vez de remetidos (Un necesario aunque inoportuno andamiaje ocultó a mi cámara los detalles que describo -Agosto 2006-).

La portada del brazo sur del transepto sigue, en líneas generales el mismo estilo, luciendo la arquivolta interior una serie de figurillas labradas en sus dovelas. Posee tímpano decorado, con alegoría del Cordero Místico, en la línea de la puerta del Cordero en San Isidoro de León (Imágenes 7 y 8).

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Al interior la sensación que produce el templo, aparte de majestuosa sobriedad, es de un tono ya marcadamente gotizante. Las apuntadas formas de sus arcos, la elevación de las bóvedas y su acabado con crucería contribuyen notablemente a ello.

La nave transepto a la que abren en línea los cinco ábsides es de grandes dimensiones, como corresponde a lo visto al exterior. Las imágenes 11 y 12 dan buena idea de ello.

Lo verdaderamente espectacular de este templo es su cabecera, en tono puramente románico-zamorano que evoca con intensidad a lo visto en la gloriosa ruina de Moreruela.